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9 de marzo de 2023

River no dejó dudas en su debut en Copa Argentina y goleó a Racing de Córdoba en Santiago del Estero

Si bien lo abrió en el cierre del primer tiempo, el equipo de Martín Demichelis marcó claras diferencias con el 3-0 final. Ahora espera por Talleres de Córdoba o Chacarita.

River no dejó dudas en su debut en la Copa Argentina en Santiago del Estero. Mostró su jerarquía, goleó 3-0 a Racing de Córdoba, equipo de la Primera Nacional, y avanzó a los 16avos de final, instancia en la que se medirá con el ganador del cruce entre Talleres de Córdoba y Chacarita.

Debía tener paciencia River para empezar a resolver el encuentro ante Racing de Córdoba y que la visita a la calurosa Santiago del Estero no se transformara en una pesadilla. Recién al final del primer tiempo, el equipo de Martín Demichelis pudo encontrar el gol que le dio tranquilidad.

Ese gol que buscó desde el comienzo pero que, por diferentes circunstancias no había podido hallar durante casi toda la primera mitad. Ya sea por falta de precisión en el último pase, por algún rechazo rival o por las atajadas de Leonardo Rodríguez, el arquero del conjunto cordobés.

Cuando no pudo entrar al área rival, River probó con remates desde afuera. De Barco y de Borja. Pero las mejores llegadas fueron cuando los laterales se proyectaron. En una de ellas, Herrera trepó casi hasta abajo del arco y su centro no llegó a ser conectado por el delantero colombiano. O cuando pasaba Elías Gómez, más liberado por la izquierda, que había lanzado centros rasantes, hasta que uno encontró el pie de Borja para abrir el marcador.

Por las bandas estaba la clave para River. Y esa búsqueda estuvo diseñada a partir de ocho cambios con respecto al encuentro con Lanús para dosificar las cargas y un esquema clásico, con tres volantes internos (Simón, Aliendro y Barco), un enganche (Nacho Fernández) y dos puntas (Beltrán y Borja). En esa disposición, fueron claves las intervenciones de Nacho Fernández, Aliendo y Simón, importantes en la distribución del juego. Con esa manera de pararse en la cancha, River tuvo más fútbol. La pelota fluyó mejor, hubo buena distribución y se encontraron mejor los espacios.

En contrapartida, la necesidad de encontrar un gol desnudó falencias en la marca, que se vienen reiterando partido a partido. La intensidad y la dinámica con la que River encaró algunos ataques llevaron a dejar espacios entre la última línea y los mediocampistas, los que fueron aprovechados por Racing de Córdoba para contragolpear. Cuando se animó, el equipo de Nueva Italia probó con algunos remates y tuvo su chance para convertir en los pies de Coronel, su centro delantero.

En esa jugada, River quedó expuesto por salir a marcar de a uno y no en bloque tras una pelota que dividió Elías Gómez y que sus compañeros no pudieron recuperar rápido. Entonces, Racing armó una gran jugada por la banda derecha, que culminó con el mano a mano que Ezequiel Centurión le atajó a Coronel.

Diez minutos después de esa zozobra llegó el gol de Borja para despejar cualquier duda. Y con la ventaja, River salió mucho más cómodo a jugar el segundo tiempo. Siguió atacando por las bandas y por adentro.

De hecho, el segundo tanto llegó por el medio cuando Nacho aprovechó un error rival en la salida y filtró una pelota para que Beltrán, en estado de gracia, definiera -tras un gran control-, sutilmente ante la salida de Rodríguez. Ahí se terminó la ilusión de Racing. Y a River se le abrieron los caminos que invitaban a alcanzar una goleada, la cual llegó con un estupendo cabezazo de González Pirez.

Y pudieron ser más pero Rodríguez sacó dos bombazos, uno de Barco y otro de Solari. Un remate de Borja dio en el travesaño. Y Rodríguez le sacó otra al colombiano antes de que llegara a empujar la pelota. Y otra más a Palavecino.

River hizo lo que tenía que hacer. Y ganó sin problemas en el Madre de Ciudades de Santiago del Estero, un estadio que le sienta muy bien ya que las seis veces que jugó allí, se llevó un triunfo. Y este, más allá de la escasa equivalencia con el rival, puede ser un buen paso para mejorar el funcionamiento y generar mejores sensaciones para lo que viene. (minutouno)

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