Autoridades provinciales señalaron que no existe seguridad de hasta dónde va a llegar esta bajante, pero reconoció que "en la cuenca alta ya las precipitaciones no han sido suficientes, por lo que dependemos de las de la cuenca media-baja, o sea, en el centro del Paraguay, y los afluentes que tiene el río ahí para que esto se morigere un poco".

En cuanto a los trabajos que llevan adelante para garantizar la provisión del vital líquido, expresan que se instalaron bombas. "Estamos trabajando para mejorar las condiciones de captación, para lo cual apelamos al montaje de un bombeo auxiliar y una serie de acciones que nos permitan extraer el agua del río en esos niveles tan bajos", expresó el gerente de Aguas de Formosa, Alfredo Gusberti.

"Lo que se está dando es una bajante que es bastante mayor a las sufridas con anterioridad, está descendiendo con mucha más velocidad", comentó. En cuanto a cómo está la situación en el río Paraná, especialistas indican que los embalses están con más de 50 % de almacenamiento útil, un porcentaje bastante mayor a lo que fue la última gran bajante de 2022 cuando tocaron el 15%.

Es decir que si no se dan lluvias en el corto plazo, igual se cuenta con agua como para mantener un nivel aceptable. En lo que hace a perspectivas de lluvias para la cuenca de Brasil con incidencia en el Paraná, para septiembre - noviembre se esperan valores normales o superiores a lo normal, en especial sobre el Iguazú.

(Norte Chaco)